Seguro has escuchado decir que si alguien te pide el salero no debes dárselo en la mano, o que tengas cuidado de no derramar la sal porque te traerá mala suerte; el mal augurio que se le asemeja a este producto viene desde el año 3.500 a.C.
En un principio en Europa, se creía que el tirar la sal se relaciona con un mal presagio; con la aparición del demonio. Y para contrarrestar esta mala suerte, la tradición dice que hay que tirar sal por detrás del hombro izquierdo.
Y es que la sal siempre ha estado relacionada con lo simbólico: como el mar, las lágrimas y la saliva que son saladas; además sirve para conservar, condimentar y adornar los alimentos.
Durante la época romana; la sal era un producto que escaseaba mucho, por ello era valorada y comercializada entre las personas. Por lo que el simple hecho de tirarla accidentalmente durante la comida, era un acto muy lamentable y desde entonces se conserva el mito.
Foto de sopitas.com
Incluso se pensaba que había dinero en una casa si tenía sal en la mesa. También acostumbraban tirar sal en las esquinas de las calles porque se creía que así se evitaban las enfermedades del ganado.
De igual forma arrojaban un puño de sal al fuego; cuando una persona entraba en casa y era sospechosa de dedicarse a la brujería.
La sal también fue asociada con la religiosidad y la iglesia simbolizando la alianza de la divinidad con el hombre.
Pero en países como China es considerada un símbolo de buena suerte; que sirve para ahuyentar a los fantasmas. Mientras que en Japón suelen tirar un poco de sal en los escenarios de los teatros, antes de comenzar una función, para evitar las malas acciones de los espíritus.
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