Existen personas que adoran tanto a sus perros que los han convertido en herederos de auténticas fortunas. Te contamos de algunos:
- Gunther IV
Este pastor alemán encabeza la lista de los perros más ricos del mundo con una fortuna que ronda los 372 millones de dólares . Con ella ha comprado recientemente una lujosa villa en Miami que en otro tiempo fue propiedad de Madonna.
A Gunther no le hizo falta jugar a la lotería para alcanzar su patrimonio. Lo recibió en herencia a la muerte de su padre, Gunther III; que a su vez se hizo millonario cuando falleció su dueña, la condesa alemana Karlotta Lieberstein.
- Tobey Rimes
El segundo en este ranking es Tobey Rimes, con un patrimonio que se estima de alrededor de 92 millones dólares. Este caniche también recibió su fortuna a través de una herencia familiar. El primer Tobey Rimes vivió en los años 30 del siglo pasado y era el perro de Ella Wendels, una millonaria de Nueva York. Tras fallecer su dueña, Tobey fue uno de los herederos de su fortuna y, desde entonces, sus descendientes han podido disfrutar de lujos y caprichos imposibles de alcanzar para muchos humanos.
- Luke y Layla
Estos dos golden retrievers son los perritos de la presentadora Oprah Winfrey y tienen una fortuna valorada en 9,2 millones de dólares. Cuando la celebridad televisiva adoptó a los cachorritos Luke, Layla y Gracie, los presentó en la portada de su revista y en su programa de televisión como “su nueva familia”.
- Pontiac
El golden retriever de la actriz Betty White ocupa el cuarto lugar de esta lista. Se calcula que el patrimonio de este perro de 12 años es de 5 millones de dólares.
No sólo hay perros millonarios
Bubbles y Kalu son dos chimpancés que tienen en común encontrarse en la lista de los animales más ricos del mundo. Bubbles era el animal de compañía de Michael Jackson, quien lo consideraba como su primer hijo y le dejó en herencia 2 millones de dólares. La historia de Kalu es algo difernte. Él está autorizado a recibir más de 90 millones de dólares a la muerte de su dueña, Patricia O’Neill, quien lo ha dispuesto así en su testamento como venganza en contra de su marido.
Otro caso curioso es el de Giggo, una gallina doméstica a la que sus dueños, Miles y Briony Blackwell, dejaron 10 millones de dólares cuando fallecieron, ya que la consideraban su hija. Pero como ellos, hay muchos más.
Lamentablemente la mayoría de los mortales no tenemos la suerte de ser ricos herederos. Por eso no nos queda más remedio que conformarnos con conseguir nuestra fortuna gracias a trabajo duro o un golpe de suerte. Así que si queréis disfrutar de las imponentes sumas de estas afortunadas mascotas, nosotros os deseamos ¡mucha suerte!