¡Quien no arriesga, no gana! Esa frase es muy usada cuando queremos ir por ese extra o algo más, pero tememos que podamos perder lo que invertimos inicialmente. Pero alguien que, si se arriesgó, no una, ni dos, sino tres veces, fue Linda Flannery. Una abuela, amante de los juegos de azar, quien encontró en su coche, un boleto de rasca y gana premiado con 5 dólares que no había cobrado y decidió darse un paseo a un centro comercial para hacer válido su premio.
En lugar de canjearlo, la abuela jugó nuevamente, cambiándolo por un nuevo boleto, que esta vez saldría premiado con 30 dólares. Multiplicó la inversión por 6.
Linda se sintió con suerte. Decidió no conformarse y jugar nuevamente, conservando 25 dólares. Nunca imaginó que su boleto se multiplicaría en 500,000 dólares que fue la suma que ganó al jugar por tercera vez.
Una abuela que jamás perdió las esperanzas de ganar
Linda contó a la administración, que cuando comenzó a rascar, no podía creer el premio que estaba viendo impreso en su boleto. Sin duda alguna, ese premio cambiará su vida por completo; quien seguramente los próximos años tendrá una vida más relajada y al menos sin preocupaciones económicas.
Al verificar que todo era real, llamó a la sede central de la lotería de Michigan para cobrar su premio. Linda guardará su dinero para que, una vez que pase esta situación en la que vivimos actualmente, pueda viajar en compañía de su familia a aquellos lugares que le hubiera encantado visitar en su juventud.
La afortunada ganadora, se arriesgó y ganó. Y según aseguró, seguirá haciéndolo. Los boletos rasca y gana siempre le han sacado una sonrisa. Este, sin duda, ha sido un premio excepcional y confía que muy pronto vuelva a ganar.
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